El Xacobeo Galicia realiza un entrenamiento de fondo por territorio comanche.
El Xacobeo Galicia toma aire en Peña Trevinca. A casi 2.000 metros de altitud seis de sus corredores se concentran en altura en el techo de Galicia. Un escenario ya habitual en las jornadas previas a cada edición la Vuelta a España para los ciclistas del equipo profesional gallego.
Seis son los corredores que participan de esta concentración: Ezequiel Mosquera, David García, Gustavo César Veloso, Gonzalo Rabuñal, Delio Fernández y Marcos García. El ‘nueve’ de la Vuelta a España se completará con ciclistas que descansan de la Vuelta a Portugal y con los que disputan estos días el Trittico Lombardo.
El equipo gallego ha elegido Peña Trevinca porque “está cerca de casa y conocemos bien el terreno”. Una tercera razón es “la tranquilidad, porque aquí la cobertura de los móviles es escasa y hasta puedes aislarte un poco más”. La zona ofrece también la posibilidad de entrenar en llano a 300 metros de altitud, y “puertos tienes todos los que quieras. Aquí hay terreno para hacer una o varias etapas reina de Vuelta a España”, comentan.
Los entrenamientos se reparten entre sesiones de 2 ó 3 horas, sesiones con la cabra por aquello de que este año la Vuelta a España arranca con una contrarreloj por equipos, y sesiones de fondo.
El martes, los corredores realizaron una sesión de fondo por territorio comanche, como los ciclistas definen al terreno de la Sierra del Caurel, que va de emboscada a emboscada, salpicado por puertos de entidad.
La sesión comenzó con un tramo llano entre O Barco de Valdeorras y Quiroga. En esta localidad los ciclistas giraron a la derecha en dirección a Folgoso de Caurel, pasando por el alto do Boi, un puerto de unos 10 kilómetros aproximadamente a un 7%.
Dejando Folgoso de Caurel a la izquierda, los ciclistas se dirigieron hacia Visuña, subiendo otro puerto con la cima cerca de la aldea de Hórreos, que Ezequiel Mosquera nos apunta que se llama el alto de O Coto, en la provincia de Lugo. La subida son sólo 8 kilómetros y medio, pero las rampas en algunas zonas llegan al 14 y al 15 %.
Los ciclistas han subido el primer puerto en perfecta formación, muy acoplados, como si estuviesen entrenando para la contrarreloj por equipos. La escalada de este pepino, que es como definen a los puertos que dejan verdadera huella en las piernas, se hizo con más violencia y cada uno acabó ascendiendo a su propio ritmo.
El descenso llevó a Villarrubín, Oencia, Catropetre, en la provincia de León, por el verdadero territorio comanche, jalonado por una ristra interminable de micropuertos, que acaban de dar la puntilla a cualquiera. Este terreno, de todos modos, se podría encontrar en cualquier otra dirección, porque Peña Trevinca es una montaña atrapada entre montañas.
Oulego, Robledo, Porto, O Real, A Veiga de Cascalla y Rubiá fueron nuevas referencias de regreso al punto de partida, el Barco de Valdeorras. De ahí a Sobradelo y de nuevo a Peña Trevinca. Pero este tramo ya en coche, porque son cerca de 30 kilómetros de subida hasta Cova da Fonte, su lugar de alojamiento.
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Saludos y buenos vientos
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