David García rompió ayer su silencio. El marinense no había dicho esta boca es mía desde que la UCI anunció, la semana pasada, su positivo por EPO durante la Vuelta a España. Ahora, calla cuando se le pregunta, directamente, si se ha dopado. Pero reconoce que está ante el final de su longeva carrera deportiva y se preocupa, ante todo, por sí mismo. "Lo llevo lo mejor que se puede llevar, pero estoy jodido", asegura David en conversación telefónica. "Es un cambio muy importante para mí, me cambia la vida", añade. Por encima de todo, el de Marín sabe que ha dejado de ser ciclista.
Después de doce años como profesional, ocho en Portugal y cuatro en el Xacobeo, llega al final del camino al mismo tiempo que el equipo gallego , del que fue parte importante y con el que ganó una etapa en la Vuelta a España 2008.
¿Se acabó la bicicleta?: "Lo más seguro es que sí. Es una situación delicada y no tengo contrato, pero ahora lo más importante para mí soy yo mismo", explica. Insiste en ello, en que antes de preocuparse por los demás debe hacerlo por su persona, por su futuro ahora que dejará de dar pedales, por lo menos como profesional. ¿Se dopó? "No voy a decir nada. Simplemente que no se ha demostrado nada ni estoy sancionado todavía", se limita a indicar David. No aclara si solicitará el contraanálisis al que tiene derecho y tampoco cuál será su defensa. Simplemente avanza que en los próximos días hará público un comunicado en el que ofrecerá su versión de una forma contundente.
En cualquier caso, su positivo por EPO, tres días antes de que otro control en la ronda española detectara una sustancia enmascaradora en su sangre, de nombre Hydroxyethyl, ha significado el final de su carrera deportiva. Es el adiós del corredor más importante que ha tenido el Xacobeo en sus cuatro años de vida, excepción hecha de Mosquera. "Mi vida cambiará a partir de ahora", insiste.
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Saludos y buenos vientos
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