martes, 23 de noviembre de 2010

Caso Contador (II).- El informe de la UCI adolece de rigor

El Informe enviado por la UCI no prueba la inexistencia de contaminación alimentaria.

El equipo de abogados de Alberto Contador desmiente rotundamente las informaciones aparecidas hoy en algunos medios de comunicación sobre el contenido del informe enviado por la UCI a la Federación Española de Ciclismo, según las cuales supuestamente se desmontaría la teoría de que el resultado adverso de Alberto Contador en el pasado Tour de Francia se debe a la ingestión de carne de contaminada con clembuterol.


Tras un detenido estudio de la documentación enviada por la UCI, en la cual se incluye el informe de una agencia de detectives contratada para rastrear el origen de la carne, no se puede determinar que la carne no estuviera contaminada.

En realidad, todo el trabajo de los detectives se limita a preguntar en la carnicería en cuestión si allí se vende carne con todas las garantías sanitarias, recibiendo la respuesta esperada, y cuáles son sus proveedores, dando también por buena la información que se les proporciona sin contrastarla. Y lo mismo hacen con algunos proveedores. En la documentación remitida tampoco consta que la AMA haya efectuado ninguna clase de análisis ni en la carnicería en cuestión ni, mucho menos, en los mataderos que se mencionan.

En cuanto a la información sobre los controles efectuados en la Unión Europea a los animales destinados al consumo humano y en especial a la carne de vacuno, el informe de la UCI se limita a dar por definitiva la información oficial, según la cual cada país miembro está obligado a controlar tan sólo el 0,4 % de los animales de vacuno sacrificados el año precedente. Según el último informe oficial de la Unión Europea, correspondiente a 2008, sobre un total de casi 27 millones de bovinos sacrificados en la UE, se analizaron un total de 122.648 muestras (0,48%), de las cuales en sólo 22.518 casos se buscó rastró de beta agonistas, entre ellos clembuterol.

Según la documentación científica estudiada por la Defensa de Contador y que será aportada al Comité de Competición, el sistema actual de control de la carne en la Unión Europea no es inquebrantable ni suficiente para detectar sospechas de fraude allí donde existan.

El informe de la UCI también argumenta que sería absurdo que los ganaderos no respetasen el tiempo de carencia antes del sacrificio para evitar el positivo de sus animales, pues se arriesgan a ser denunciados. Tal razonamiento es falaz, por cuanto si se diera por bueno también habría que admitir que es absurdo que ningún deportista utilice una sustancia prohibida, sobre todo porque en el deporte los controles son mucho más abundantes que con el ganado y se utilizan métodos de detección mucho más sofisticados que los empleados en veterinaria.

En resumen, el informe presentado por la UCI no descarta en absoluto la hipótesis de la contaminación alimentaria, al tiempo que adolece del rigor necesario para que, basándose en él, se pueda acusar a Alberto Contador de que el origen del clembuterol hallado en su orina se debe a un acto de dopaje.

El equipo de abogados de Alberto Contador y el corredor mismo están deseosos de poder presentar en los próximos días ante el Comité de Competición de la Federación Española de ciclismo sus alegaciones y pruebas para demostrar ante la autoridad competente la falsedad de los juicios paralelos y las filtraciones malintencionadas que están apareciendo sobre este caso en los medios de comunicación.

Alberto Contador reitera que nunca ha cometido un acto de dopaje y que la aparición de clembuterol en su orina durante el pasado Tour de Francia se debió a la ingestión de carne contaminada, algo que su equipo de abogados espera demostrar de manera inapelable y lo antes posible ante el Comité de Competición de la Federación Española de Ciclismo para que el honor de su defendido sea repuesto lo antes posible ante los organismos competentes y la opinión pública.

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Saludos y buenos vientos

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