El diario deportivo MARCA publicaba un artículo en la página 50 con el siguiente titular: “Ahora, dopaje mecánico”. Y es que según el rotativo, se sospecha que hay ciclistas que llevan un motor eléctrico oculto en la bicicleta que permite a los ciclistas utilizarlo durante las primeras horas y así evitar el desgaste físico y muscular, ¡La bomba!.
Lo más curioso del caso es que en el pelotón, parece ser que habla a menudo de este tema y aseguran que ya se ha probado con éxito en algunas clásicas. La verdad, no puedo ni imaginar que los ciclistas profesionales se la jueguen con un artilugio de estas características, me parece increíble. Según el periodista que escribe el artículo (Josu Garai), esta ayuda adicional al pedaleo surge de la implantación del pasaporte biológico que cada vez pone más difícil a los ciclistas utilizar substancias ilegales, con lo cual, parece ser que algunos han optado por utilizar otro tipo de doping de carácter mecánico que les permite ahorrar energías y llegar más frescos a los puertos de montaña. Tengo que decir que Josu es un buen periodista deportivo con amplio y detallado conocimiento no solo del ciclismo, sino también de lo que ocurre en el pelotón, con lo cual, me merece cierto respeto.
Y digo yo, si los ciclistas profesionales y cicloturistas son unos maníacos del peso de las máquinas, de reducir en lo más posible el peso de los cuadros, componentes, hasta incluso de los portabidones, ¿para qué reducir tanto el peso de la bicicleta si despues le ponemos un motor de casi dos kilos? La verdad es que todo esto me parece increíble y un tanto ridículo.
Un vídeo, protagonizado por el ex ciclista Davide Cassani, ahora comentarista de la RAI, demuestra que la bicicleta de competición eléctrica existe: "Yo la he probado y puedo decir que si corriera con ella, aún podría ganar etapas del Giro de Italia pese a que tengo 50 años", dice el italiano. "Es una bici aparentemente igual a una tradicional, con ella podría ir a 50 km/h en el llano".
El periodista que acompaña a Cassani en el vídeo, pregunta si cree que alguien la ha utilizado en competición: "El constructor dice que sí", responde Davide lacónicamente. A partir de ahí, el vídeo recoge imágenes del Tour de Flandes y de la París-Roubaix que demostrarían, aunque sin lanzar acusaciones, que Fabian Cancellara iba en ambas pruebas como una auténtica moto. Algún gesto que hace el suizo con la mano derecha sobre la maneta del freno podría ser el momento en el que activa el motor, aunque también es verdad que en esa zona está la palanca de cambios y la acción tambIén podría ser completamente normal.
"No tengo palabras para catalogar esta tontería", ha respondido Cancellara. "Jamás he tenido baterías en mi bicicleta. Mis éxitos son la consecuencia de un gran trabajo". Patrick Lefevere, el mánager del Quick Step, no descarta nada: "Imaginad que sea verdad, sería un robo. Peor que el dopaje".
Para la UCI, sin embargo, no hay caso Cancellara, según afirma Jean Wauthier, el responsable técnico y de material del organismo internacional. "No hay ninguna investigación al respecto. Pero está claro que debemos acelerar nuestro proyecto de escanear las bicicletas, porque hoy se habla de baterías, pero nos consta que ya se está experimentando con cuadros fotovoltaicos que pueden transformar la luz del sol en energía".
Saludos y buenos vientos
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